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jueves, 25 de febrero de 2010

¿SE PUEDE PERDER LA SALVACIÓN?

Estudio bíblico sobre si la salvación se puede perder, o no.

Índice del Tema

“Mas yo en tu misericordia he confiado; mi corazón se alegrará en tu salvación” (Salmo 13: 5)

Una de las grandes controversias de todos los tiempos en el seno eclesial, ha sido y es acerca de la salvación, en cuanto a si se puede llegar a perder o no.

Ríos de tinta – y hasta sangre - han corrido, e innumerables discusiones y exposiciones teológicas y pseudo teológicas se han hecho y seguramente se seguirán haciendo.

A lo largo de la historia, calvinistas (1) contra arminianos (2) y viceversa, y actualmente, muchos creyentes que no sabrían como definirse por título teológico al respecto, pero que tienen un pensamiento más o menos definido acerca de esta controversial cuestión; mientras que otros muchos, no.

Unos dicen: “Una vez salvo, siempre salvo”. Otros dicen: “La salvación se puede llegar a perder”… ¿Quién tiene razón?

Este estudio pretende, con reflexión y con el apoyo de la infalible Palabra de Dios, aportar luz sobre este asunto. Así que, sin más preámbulos; empecemos.

¿SE PUEDE PERDER LA SALVACIÓN?

1. El posicionamiento de Dios, y el posicionamiento humano

Acerca de si la salvación se puede llegar a perder o no, hay que partir de dos posicionamientos muy diferenciados el uno del otro. El primero es el posicionamiento de Dios. El segundo es el del hombre.

Seguidamente pasaré a elaborar ambos posicionamientos.

A. El posicionamiento de Dios
“Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda (Salmo 139: 3, 4)

Empezaré haciendo una pregunta muy simple. ¿Sabe Dios quien es salvo? Parece una pregunta fácil de responder, y de hecho así es, pero en su respuesta radica toda la cuestión del asunto que ocupa este ensayo.

Podríamos emitir esa respuesta en dos partes y su conclusión:

1) Dios lo sabe todo.
2) Dios lo sabe todo desde siempre (Él es eterno), por lo tanto,
3) Dios sabe quien es salvo.

Partiendo de aquí, la salvación no se puede perder porque el que es salvo conforme a Dios, es porque lo es por siempre y desde siempre (hablo en términos de eternidad), y Dios lo sabe desde siempre. Veamos algunas escrituras que nos hablan de ello.

“en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad” (Efesios 1: 5)

“En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad” (Efesios 1: 11)

“Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó” (Romanos 8: 29, 30)

Esa predestinación, no sólo implica la explícita voluntad de Dios de salvar al individuo en concreto, sino que también significa el conocimiento anticipado o presciencia de Dios. Diciéndolo en términos naturales, Dios siempre ha sabido quien es salvo.

Dicho en términos más comunes, a Dios nada le coge ni le puede coger por sorpresa. Esa es una de las diferencias entre el Creador y la criatura.

“El que es verdaderamente salvo, lo es, lo ha sido y lo será, conforme a la perspectiva divina; desde la eternidad”

“El que es verdaderamente salvo, lo es, lo ha sido y lo será, conforme a la perspectiva divina; desde la eternidad”

Más verdades en cuanto al llamamiento a salvación
Veamos más escrituras. Dios escogió a los que serían salvos desde el principio:

“Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad” (2 Tesalonicenses 2: 13)

El principio aludido en esa escritura, siempre hay que entenderlo como conforme a Dios, es decir, en términos de eternidad, y no de transitoriedad.

Seguimos. La salvación es cosa exclusiva del Padre:

“Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero” (Juan 6: 44)

Fuimos salvos según Su propósito (Su voluntad), antes de la creación del tiempo, es decir de la existencia que nos rodea, como la vemos y entendemos:

“[Dios] quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos (2 Timoteo 1: 9)

Por lo tanto, hasta aquí podemos señalar y también asegurar, que Dios sabe quienes son Sus salvados. Fíjense en la siguiente declaración escritural, la cual no deja margen de duda alguna:

“aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), 6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús (Efesios 2: 5, 6)

Aquí vemos con claridad meridiana que para Dios, los salvos ya estamos resucitados y estamos sentados (lo cual implica actitud de descanso o reposo) en el cielo con el Señor Jesús. En otras palabras, Dios no sólo sabe, sino ve a los salvos, gozándose con ellos. Esto es así porque en la eternidad no existe el tiempo, sino que toda la realidad natural de todos los tiempos, pasado, presente y futuro, está cabalmente cumplida ante Él, y esto antes de que Dios creara las cosas visibles, de las que no se ven (He. 11: 3).

Por eso la Escritura también nos asegura que Dios sabe quienes son los suyos:

“Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos…” (2 Timoteo 2: 19)

Por lo tanto esa salvación conforme Dios siempre la ha visto, no se puede perder.

Insisto, conforme a Dios, la salvación no se puede perder.

“La salvación es el más precioso regalo de Dios al hombre, y sólo se recibe por la fe, la cual también la da Dios"

“La salvación es el más precioso regalo de Dios al hombre, y sólo se recibe por la fe, la cual también la da Dios. Dios desea que todos sean salvos (1 Ti. 2: 4), aunque Dios salva a aquellos que quiere salvar (Ef. 2: 8)”

¿El que se dice nacido de nuevo puede pecar de forma fría y voluntaria?
“…ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor” (Fil. 2: 12)

Digo: ¿El saber que Dios sabe que soy salvo, me ha de hacer relajar hasta el punto de apartarme por el engaño del pecado (He. 3: 13)? Si así fuera, me estaría engañando a mí mismo creyendo que soy salvo.

Jesús dijo que los íbamos a conocer por el fruto (Mt. 7: 16). El fruto determina o muestra la realidad al respecto.

La Biblia dice que, el que es verdaderamente salvo, no puede pecar voluntariamente, es decir, a propósito y con alevosía:

El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. 9 Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios(1 Juan 3: 8, 9)

Es más, la Biblia dice que al que peca voluntariamente, “después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, 27 sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios” (Hebreos 10: 26, 27)

El que yendo a la iglesia con regularidad, llamándose a sí mismo cristiano, y habiendo recibido la luz de la verdad del Evangelio en su corazón – con todo ello - peca a conciencia y de forma habitual, en realidad es un apóstata. A Dios no se le puede burlar (Gl. 6: 7)

Como dice MacArthur, “Judas Iscariote es un buen ejemplo de un discípulo a quien no le faltaba conocimiento pero que carecía de fe verdadera, y llegó a convertirse en el peor apóstata”

Leemos en Hebreos 3: 14; “Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio”

De ahí deducimos que los únicos que realmente han sido hechos participantes de Cristo conforme Dios lo entiende, son los que retienen firme hasta el fin la confianza del principio. Veremos más de esto en otro punto.

B. El posicionamiento del hombre
“Oh Jehová, ¿qué es el hombre, para que en él pienses, o el hijo de hombre, para que lo estimes?” (Salmo 144: 3)

Empezaré este punto haciendo otra pregunta muy simple: ¿Sabe el hombre quien es salvo? Pues a excepción del individuo en relación a sí mismo, obviamente, no.

La enorme diferencia entre la criatura (el hombre) y el Creador (Dios), es la limitación del primero, y la infinidad del Segundo.

Hay ministros que desde el púlpito se dirigen a todos sus oyentes asegurándoles que son salvos. Eso es necedad y engaño. No podemos presuponer que los participantes en la asamblea cristiana son todos de Cristo (cp. 2 Jn.10, 11)

"Dice la Biblia que el corazón del hombre es engañoso"

“Dice la Biblia que el corazón del hombre es engañoso (Jer. 17: 9). No solamente a causa de la caída, sino que también podría serlo a causa de la propia limitación como criatura”

El hombre sólo ve y entiende hasta un límite
El hombre - incluso el más espiritual y rendido a Cristo de los hombres – puede llegar a estar convencido de algo, puede estar creyendo entender algo, puede estar seguro de algo, resultando estar equivocado; porque excluyendo la misma Palabra de Dios, todo lo demás está expuesto al error y al engaño. Esta es la realidad en lo natural que nos está tocando vivir en esta dispensación actual.

¿Podríamos extrapolar este mismo concepto al asunto de la salvación, en cuanto al hombre y su precariedad? Por supuesto que sí.

Diríamos que así como Dios conoce a los que son Suyos, el verdadero creyente (por tanto, salvo) no conoce necesariamente a los que dicen ser salvos, si lo son o no.

Me explico. Tantos de nosotros, los cristianos ya de años, hemos experimentado tantas sorpresas, alguna de ellas desagradable, como la de ver a queridos hermanos en la fe, que un buen día se apartan – ya no de la iglesia o de los hermanos – sino de Dios mismo, llegando claramente a apostatar de la fe, por negarla no sólo con sus palabras, sino con sus hechos de práctica pecaminosa y voluntaria.

Llegados a ese punto, desde el posicionamiento del hombre, diríamos con toda naturalidad que tal hermano, ha perdido la salvación; concluyendo que la salvación se puede llegar a perder.

Eso es lo que nuestros ojos han visto y ven; esa es la evidencia; esa es la realidad. Indudablemente, es así…pero sólo según nuestro entendimiento, conforme a nuestra desmesurada incapacidad.

Respecto a ese “hermano” que ha visiblemente apostatado, si le preguntáramos a Dios, seguramente Él nos traería a la mente el siguiente pasaje de la Escritura:

“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos… entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mateo 7: 21, 23)

Esto en cuanto a los que evidencian una apostasía, pero también los hay que no:

“Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste. 7 Pero os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad” (Lucas 13: 26, 27)

Son todos aquellos (y sólo el Señor sabe cuantos) que están en las iglesias de Cristo, y que a ojos nuestros son hermanos, pero no para Dios. Jamás fueron salvos.

Pongo estos ejemplos aquí para que podamos entender que en nosotros no está el saber todas las cosas, y que por tanto, nuestro posicionamiento en cuanto a saber si la salvación se pierde o no se pierde, nada tiene que ver con el posicionamiento de Dios, que es el que realmente cuenta. Otra vez: conoce el Señor a los que son suyos (2 Tim. 2: 19)

Ir a la iglesia no es sinónimo de ser salvo; pero ir a la iglesia es mandamiento según la Ley de Cristo para todos los salvos"

“Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste. 7 Pero os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad” (Lucas 13: 26, 27). Ir a la iglesia no es sinónimo de ser salvo; pero ir a la iglesia es mandamiento según la Ley de Cristo para todos los salvos (He. 10: 25)”

2. El salvo es el que verdaderamente ha nacido de nuevo

“Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios…os es necesario nacer de nuevo (Juan 3: 3, 7)

La Biblia muy claramente nos dice que el que ha nacido de nuevo, verá el reino de Dios, y si uno ha nacido de nuevo, es porque previamente ha muerto a la vida antigua de pecado y muerte:

“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús…Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte” (Romanos 8: 1, 2)

El hombre antiguo está crucificado con Cristo: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2: 20)

No vale decir como enseñan algunos, que en el caso del nacido de nuevo, a veces el hombre viejo se “descuelga de la cruz”, y por un momento o dos vuelve a la antigua vida. Eso no es cierto:

“Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios(1 Juan 3: 9)

El que ha nacido de nuevo, como la misma expresión lo indica, ha pasado de muerte a vida.

Por tanto, insistimos en este punto que es crucial: no el que dice ser creyente. No el que dice ser cristiano. No el que dice haber tenido una experiencia con Dios. No el que ha tenido una experiencia con Dios. No, sino el que verdaderamente ha nacido de nuevo, este es el salvo a los ojos de Dios; es salvo conforme a Dios, y está por tanto sentado en los lugares celestiales junto con Cristo (Ef. 2: 6), conforme a la economía de Dios. Y Dios por Su Espíritu le revela que es salvo:

“El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios” (Romanos 8: 16)

El que es salvo, lo sabe.

A. Veamos algunos casos
Ahora bien, muchos me dirán aquí respecto a que la salvación se puede perder:

“Un momento, yo he conocido a personas que un día se entregaron a Cristo, lloraron por sus pecados, dieron testimonio de Cristo y de su salvación, por meses o años estuvieron en la iglesia, etc. aunque luego, por diferentes motivos, se apartaron del todo y ahora viven en pecado y conforme al mundo”

Muy bien, pero la pregunta que yo les haría es:

“¿Cómo puede estar usted seguro de que realmente habían nacido de nuevo?”

Respuesta: “Usted no puede estarlo”

Primer caso
a) Muchos hacen confesión de recibir a Cristo – pero sólo es una confesión de labios para afuera:

“Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de Mí” (Mateo 15: 8)

b) Muchos lloran por sus pecados, pero sólo “lloran”, no se arrepienten y se apartan:

[Esaú] “fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas” (Hebreos 12: 17)

c) Muchos se encuentran cómodos en las iglesias, donde reciben amor, aceptación, cariño, etc.

“Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste. 7 Pero os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad” (Lucas 13: 26, 27)

Por lo tanto, toda su manifestación espiritual fue sin duda conforme a apariencia externa.

“Las lágrimas no siempre hablan de lo que hay en el corazón”

“Las lágrimas no siempre hablan de lo que hay en el corazón”

Segundo caso
Existe otro caso respecto al enunciado anterior. Son las personas que realmente gustaron el don de Dios. Es decir, realmente tuvieron una experiencia mística con Dios, pero no nacieron de nuevo. Veámoslo en la Escritura:

“Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, 5 y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, 6 y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio” (Hebreos 6: 4-6)

Claramente la Palabra aquí nos habla de esas personas. No dice que nacieron de nuevo, sino que tuvieron una experiencia con Dios, pero luego recayeron. Veámoslo con cierto detenimiento:

a) “…fueron iluminados…”: Es decir, habían recibido instrucción en la verdad bíblica por medio de su intelecto; pero “entender el Evangelio” no equivale necesariamente a “ser regenerado” (ver He. 10: 26, 32)

En Juan 1: 9 leemos; “Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo”. Claramente vemos que a pesar de que Cristo, la Luz del mundo, alumbra a todo hombre, todo hombre no es de Cristo.

b) “…gustaron del don celestial…”: En el N.T. “gustar” significa experimentar algo de forma consciente. Escribe John McArthur:

“Cristo gustó la muerte (He. 2: 9) sólo por un momento, y no fue una experiencia continua ni permanente. Todos los hombres experimentan la bondad de Dios, pero esto no significa que todos sean salvos (cp. Mt. 5: 45; Hchs. 17: 25)”

Esas personas aludidas gustaron por un momento o por un tiempo del don celestial, lo que llamaríamos, tuvieron una experiencia mística con Dios, y nada más.

c) “…fueron hechos partícipes del Espíritu Santo…”: En el mismo sentido que “gustaron del don celestial”, estuvieron en el mover del Espíritu Santo (muchos incluso profetizaron, como Saúl, y echaron fuera demonios, etc.), pero eso no les convirtió en verdaderos creyentes, como no lo fue Saúl.

Yo conocí a un creyente que tenía el ministerio de echar fuera demonios de las personas, y lo hizo por años, ¡los mismos que vivió en práctica de adulterio!

No nacieron de nuevo, porque apostataron de la fe. Otra vez, conforme a Dios, si no fueron salvos al final, tampoco lo fueron al principio.

En ambos casos estudiados, ¿Fueron esas personas salvas, es decir, nacidas de nuevo? Obviamente, no.

“El que está sellado con el sello del Espíritu Santo "

“El que está sellado con el sello del Espíritu Santo (Ef. 1: 13), en la economía de Dios lo está desde el momento en que antes de la fundación del mundo Él determinó que así fuera”

3. Las pruebas de Dios son para revelar la realidad en la que vive el cristiano profesante

“Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros” (1 Juan 2: 19)

¿Por qué salieron de nosotros? Porque no eran de nosotros. Las pruebas que Dios permite o envía, les hicieron sucumbir de su falsa profesión de fe.

¿Saben porque la Palabra dice que nuestro Dios es justo que prueba la mente y el corazón, (S. 7: 9)? Justamente para que discernamos quien es quien, quien es qué y quién soy yo, o usted, y todo ante Dios.

Veamos la siguiente porción de la Escritura:

“¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
36 Como está escrito:
Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;
Somos contados como ovejas de matadero.
37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”
(Romanos 8: 35-39)

La Biblia dice que el que ha nacido de nuevo es más que vencedor (Ro. 8: 37) ¿Saben por qué lo dice?, pues porque a través de las diferentes pruebas, venciéndolas (y sólo eso se puede hacer con y por la gracia de Dios), se muestra lo que uno es en Dios: una nueva criatura.

Al salvo, nada le apartará del amor de Cristo, ¡Nada!, pero del no salvo, cualquiera de esa cosas mencionadas en esa escritura le apartará – sea que siga en la iglesia o que salga de ella.

Por las pruebas se puede atisbar quién es realmente nacido de nuevo, de quien no lo es.

“Es por pasar por las dificultades propias de la vida, más las que Dios permite, que el creyente levanta sus manos a Dios, esperando sólo en Él”

“Es por pasar por las dificultades propias de la vida, más las que Dios permite, que el creyente levanta sus manos a Dios, esperando sólo en Él”

4. Conclusión

Como hemos visto y entendido, para Dios la salvación no se puede perder ya que Él lo ve todo desde la perspectiva eterna, no obstante, según el mero entendimiento humano, sí.

Dios es el único que puede ver en el corazón del hombre. Dios es el único que conoce íntimamente al hombre.

El “una vez salvo, siempre salvo”, desde la perspectiva de Dios es correcto, pero desde la perspectiva del hombre hacia el hombre, no.

Espero que este estudio haya podido aclarar algunas dudas, y haya aportado luz sobre esta cuestión.

Dios les bendiga.

© Miguel Rosell Carrillo, pastor de Centro Rey, Madrid, España.
Diciembre 2009
www.centrorey.org

Notas:
1. Juan Calvino (10 de julio de 1509 – 27 de mayo de 1564), bautizado con el nombre de Jean Cauvin, latinizado como Calvinus. A sus seguidores se les llama “Calvinistas”.

2. Jacob Harmenszoon, (en latín: Jacobus Arminius y castellano: Jacobo Arminio, (1560–1609) fue un teólogo holandés, escritor y profesor de la Universidad de Leiden. A sus seguidores se les llama “Arminianos”.

FIN

sábado, 20 de febrero de 2010

El Chisme

Uno de los enemigos más grandes y destructivos dentro de la iglesia de Jesucristo es el chisme y la murmuración.
Mucho cristianos caemos en este mal que procede del mismo infierno, este mensaje confrontara mucho tu vida, así como confronto la mía. Nadie esta exento de caer en este mal, “Pues todos caemos muchas veces. Si alguno no cae al hablar, ése es un hombre perfecto, capaz de refrenar todo su cuerpo.” Santiago 3:2 (Biblia Jerusalén, NBJ)
Dios detesta el chisme y en la biblia hay grandes juicios y consecuencias al chisme, a continuación estudiaremos a fondo lo que es el chisme y lo que este causa.

¿Qué es el chisme?
El chisme es contar información o noticia acerca de alguien con el objetivo de destruir o dañar, ya se falsa o verdadera.
Tiene su raíz en el Hebreo raquíl = que critica, que viaja por todos lados / calumniador, murmurador, chisme, chismear, chismoso.
El chisme es aquella información que viaja de oído a oído, viaja tan rápido como las telecomunicaciones, el chisme tiene la característica que va aumentando el contenido de la información a medida que pasa de boca a boca, el chisme destruye todo a su paso dejando victimas, y muchas veces el daño que causa es irreparable (a menos que Jesús sane el corazón de la persona herida)

“Lo mismo pasa con la lengua; es una parte muy pequeña del cuerpo, pero es capaz hablar con arrogancia cosas que irritan. ¡Qué bosque tan grande puede quemarse por causa de un pequeño fuego! Y la lengua es un fuego. Es un mundo de maldad puesto en nuestro cuerpo, que contamina a toda la persona. Está encendida por el infierno mismo, y a su vez hace arder todo el curso de la vida”. Santiago 3:5-6 (DHH)
La lengua es un miembro tan pequeño pero tan dañino que puede encender contienda, puede irritar a las personas, puede dañar más que los golpes secos a mano limpia.

“pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.” Santiago 3:8-10
Nuestra lengua está cargada de veneno y nadie la puede domar, este miembro daña con una facilidad y es uno de los factores por los cuales muchos cristianos pierden su testimonio ante los incrédulos.

El Chisme en la congregación
“No andes difundiendo calumnias entre tu pueblo, ni expongas la vida de tu prójimo con falsos testimonios. Yo soy el Señor.” Levítico 19:16
En las iglesias pequeñas es muy común tener problemas de este tipo ya que el chisme pasa desde el pastor o los lideres hasta las ovejas, todos se dan cuenta de todo. No hay confiabilidad en nadie. Todos caen en este mal, muchas veces la misma altivez de las personas, los celos y sus deseos mezquinos de poder o autoridad eclesial los llevan a criticar o murmurar a aquel que no piensa como ellos. Hay ocasiones en las cuales incluso los pastores terminan hablando y murmurando de las ovejas, que en realidad tienen un amor genuino por Dios y quieren hacer las cosas conforme a la palabra. Y hay otras ocasiones que las ovejas hablan de sus líderes o pastores por pura inmadurez y deseos de tener lo que Dios hace a través de los guías espirituales.

Satanás gana increíble cantidad de terreno cuando los hijos de Dios murmuran los unos de los otros y se calumnian o difaman. Las personas que gustan de murmurar lo hacen por diversas razones, para escalar posiciones, para tratar de verse como personas que “realmente se preocupan por la Iglesia”, por envidia, para crear grupos que los apoyen (necesitan sentirse influyentes).

El problema mayor de la murmuración es que comienza como “una crítica constructiva” y termina en difamación y calumnias manchando reputaciones con la excusa de que solo es para señalar “pecados” por el bienestar de la congregación. El problema es que estas personas, que usualmente son “las más santas de la congregación” tienen una mente pecaminosa y siempre ven el pecado en todo lo que hacen los demás, pero nunca ven el de ellos mismos o el de las personas que le hacen el juego y le siguen la corriente.

Las 2 principales causas de chisme y murmuración dentro de las iglesias son:
1) Soberbia y altivez espiritual: se da muy común a causa del autoritarismo eclesial, en el cual el pastorado o liderazgo se consideran en posiciones especiales acerca del llamado que Dios les ha hecho, y se declaran autoridades incuestionables y comienzan a criticar e incluso a difamar a aquellos que piensan distinto a ellos, que los cuestionan, o que indagan demasiado en la escritura. En este caso se llega al extremo de que el liderazgo ve a este tipo de oveja como competencia, lo ven como alguien que quiere dividir el rebaño y comienzan a difamarlo con el resto del liderazgo, o comienzan a murmurar de las intenciones del mismo.

2) Inmadurez de la grey: Este se da cuando las ovejas son inmaduras y tienen poco conocimiento bíblico y no comprenden el porqué de la reprensión o disciplina y se enojan contra el guía de Dios que la está corrigiendo para su crecimiento espiritual. Estas ovejas comienzan a murmurar sobre el pastor y a difamar las intenciones del mismo y comienzan a regar calumnias entre la congregación, volviéndose de esta manera peligro y división para el rebaño, muchas veces este tipo de creyentes sino cambian su comportamiento terminan “heridos” por el liderazgo y se van de las congregaciones hablando mal del liderazgo.

¿Que provoca el chisme?
Desconfiabilidad: la persona chismosa se vuelve desconfiable ya que nunca puede callar las cosas, todo lo cuenta, entonces la gente ya no quiere confiarle sus secretos o sus intimidades, porque tardo o temprano todos sabrán las vergüenzas de la persona. “La gente chismosa revela los secretos; el de espíritu leal es prudente.” Proverbios 11:13 (BA)

Enemistad: las palabras del chismoso parecen suaves y buenas, pero entran y dañan hasta lo profundo del ser humano, causando enemistades. “Las palabras del chismoso son como bocados suaves, y penetran hasta las entrañas.” Proverbios 18:8, El chismoso va dejando una cadena de desastres y daños por doquiera que el va. Va dejando gente herida, con odio, resentimientos, ira, depresivas, etc. “La lengua falsa atormenta al que ha lastimado, Y la boca lisonjera hace resbalar.” Proverbios 26:28

Soledad: finalmente el chismoso se queda solo, ya nadie le confía las cosas, nadie lo quiere tener cerca, ha provocado demasiado daño y se convierte en una persona toxica, por cual contamina a cada persona que se le junta, por lo cual todos lo evitan. “El hombre perverso levanta contienda, Y el chismoso aparta a los mejores amigos.” Proverbios 16:28
El alma del chismoso no encuentra descanso cuando está en la soledad y es ahí donde Dios trata duramente con él
“Anduvieron perdidos por el desierto, por la soledad sin camino, Sin hallar ciudad en donde vivir. Hambrientos y sedientos, Su alma desfallecía en ellos.” Salmos 107:4-5

Características del chisme
Murmurar: sig. Hablar mal de alguien a sus espaldas, hablar entre dientes manifestando disgusto o queja; Heb. dibbá=calumniar, desacreditar, hablar mal, mala fama, infamia, oprobio (deshonra)

El murmurador desobedece a Dios y ese pecado no queda impune delante de un Dios santo, todos los murmuradores son dignos de muerte y no solo quienes murmuran sino quienes se complacen con ellos (véase Romanos 1:30, 32)
El murmurador contra piensa que murmura contra el siervo de Dios pero en realidad es contra Dios mismo que murmura. “porque Jehová ha oído vuestras murmuraciones con que habéis murmurado contra él; porque nosotros, ¿qué somos? Vuestras murmuraciones no son contra nosotros, sino contra Jehová.” Éxodo 16:8b

Dios se airó con Israel porque murmuraban en contra de Dios diciendo que estaban mejor en Egipto y Dios hizo que hubiera una gran mortandad a causa de tanta murmuración, y toda una generación pereció en el desierto a causa de la mortandad y no entraron en la tierra prometida sino solo sus hijos (véase Números 14:2-4, 21-27, 35)
María y Aarón murmuraron de Moisés y Dios se enojo con ellos y les puso lepra en todo su cuerpo a causa de que hablaban en contra de moisés por haberse casado con una mujer negrita, y moisés hablaba cara a cara con Dios y Dios salió en defensa de la honra de moisés por ser su siervo escogido (véase Numero Cap. 12)

El murmurador siempre queda hablando mal, nunca está satisfecho con nada, todo lo critica, nada le parece, siempre está en contra de todo, siempre mira lo malo antes que lo bueno, en todo anda buscando los defectos, es perfeccionista y cuando las cosas no salen como la espera, entonces murmura y critica. El murmurador suele mover más fácil la lengua que los brazos (trabajar).

Calumnia: sig. Atribuir a alguien falsamente actos o intenciones deshonrosas con malicia de palabras. Tiene 3 raíces: gr. diábolos=Satanás, el calumniador, el difamador / gr. blasfeméo=hablar mal, injuriar, decir mal, difamar / heb. dibbá= calumniar, desacreditar, hablar mal, mala fama, infamia

Con la calumnia viene la necedad, “El que encubre el odio es de labios mentirosos; Y el que propaga calumnia es necio.” Proverbios 10:18, Necio (sinónimos)=inepto, ignorante, tonto, idiota, zoquete, mentecato, bobo, estúpido, burro.

A nuestro señor y salvador Jesucristo también lo calumniaron, diciendo que el echaba demonios por el mismo Satanás, “Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios” Mateo 12:24, lo calumniaron y golpearon públicamente frente al concejo judío, “Jesús dijo: ¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a los que han oído, qué les haya yo hablado; he aquí, ellos saben lo que yo he dicho. Cuando Jesús hubo dicho esto, uno de los alguaciles, que estaba allí, le dio una bofetada, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote? Jesús le respondió: Si he hablado mal, testifica en qué está el mal; y si bien, ¿por qué me golpeas?” Juan 18:21-23

El calumniador siempre dice mentiras acerca de alguien, siempre exagera los acontecimientos, el calumniador siempre está impulsado por odio o falta de perdón hacia alguien. Esta persona siempre está hablando cuentos o inventos acerca de una persona con el objetivo de desacreditarla y humillarla.
El calumniador no entrara al cielo, “Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo? El que no calumnia con su lengua, Ni hace mal a su prójimo, Ni admite reproche alguno contra su vecino.” Salmos 15:1,3

Difamar: sig. Desacreditar a una persona publicando cosas en contra de su buena fama. Heb. Kjaráf=desnudar, el que expone tus vergüenzas, blasfemar, desafiar, vituperar

El difamador es aquel que expone tus secretos públicamente, es aquel que revela tu desnudez, es aquella persona en la que has confiado y te ha expuesto delante de todos.
El difamador es aquel que bota tu testimonio como cristiano, es aquel que te pone en vergüenza con los demás a fin de opacar tu fruto y virtudes en Cristo; es aquel que grita y señala tus errores, los exagera de gran manera a fin de opacar todo lo bueno que Cristo ha hecho a través de ti.

La biblia nos manda como hijos de Dios que nos sometamos y que no difamemos a nadie, sino que seamos amables, benignos, no contenciosos, sino amoroso y bondadosos, “Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra. Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres.” Tito 3:1-2

La escritura nos es exhorta a que nos gocemos cuando nos difamen, “Dichosos ustedes si los insultan por causa del nombre de Cristo, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre ustedes.” 1era Pedro 4:14 (NVI), “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo” Mateo 5:11, cuando te difamen por causa de Cristo y su evangelio no se alarmen, Jesús nos dijo con anticipación para que no nos tomara por sorpresa, porque el mundo ama mas las tinieblas que la luz, así que ellos odiaran y difamaran el nombre de Jesús cada vez que tengan oportunidad

Como hijos de Dios no debemos difamar a nadie, aparte de tu boca toda mentira del enemigo y no ataques al propio cuerpo de Cristo, la iglesia es su novia, no la violes con tus palabras, porque Dios mismo saldrá en defensa de los suyos, “mía es la venganza, yo pagare dice el señor”

Consecuencias del Chisme
a) Rompes las leyes de Dios y su santidad:
“No andes difundiendo calumnias entre tu pueblo, ni expongas la vida de tu prójimo con falsos testimonios. Yo soy el Señor.” Levítico 19:16

b) Eres abominable delante de Dios: Todo aquel que siembre discordia entre hermanos y que provoca odio o rencilla con murmura, calumnia o difamación es abominable delante de Dios, le das asco a Dios a causa de tu pecado (véase proverbios 6:16,19), ni digas que eres cristiano, “por sus frutos los conoceréis”, en el día del juicio es posible que escuches: “apartaos de mi malditos”

He sido chismoso, ¿qué debo hacer?
Órale a Dios, arrepiéntete (cambia tu manera de pensar y vuélvete de tu decisión). Pídele al señor que guarde tu boca y tus labios de hablar cosas vanas, “Pon, oh SEÑOR, guarda a mi boca; guarda la puerta de mis labios.” Salmos 141:3, reconoce ante el que tú no eres capaz de dominarte y pídele dominio propio.
Si quieres ver lo bueno de la vida, desecha el chisme de tu vida, “Porque: El que quiere amar la vida, y ver los días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño;” 1era Pedro 3:10
Ya no seamos piedras de tropiezo para otros hermanos, dejemos el legalismo y dejemos de juzgar a la otra gente, “Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.” Romanos 14:13

“Dijo Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquel por quien vienen! Mejor le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos. Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale.” Lucas 17:1-4

Si han chismeado de ti, aprende a perdonar, el número de veces que te ofendan, pero en cuanto dependa de ti, estad en paz con todos los hombres. Si tú has chismeado, ve y pídele perdón a tu hermano y apártate del chisme; pídele fuerzas a Jesús para que ya no caigas en ese pecado tan horrendo delante de Dios. Hermano santifícate y límpiate de toda impureza e iniquidad, déjate guiar por el espíritu santo.
Persevera y si caes arrepiéntete y continúa.

Animo, Dios te bendiga

Caminando como Hijos de la Luz

Queridos hermanos, en estos tiempos tan peligrosos que vivimos actualmente, me preocupa mucha la Iglesia (el cuerpo de Cristo). El Cristianismo se ha vuelto algo de moda o algo comercial por así decirlo.

Hace algún tiempo cuando empezaba en los caminos del Señor yo también vi el Cristianismo como algo de moda y no le di la importancia ni entendía que significa ser Cristiano. Cristo significa Ungido y Cristiano significa pequeño Ungido, o sea que somos Descendientes de Jesús por lo tanto tenemos que hacer lo que el hacia y dejar que el sea nuestro modelo a Seguir.

En la mayoría del Cristianismo actual ya no se habla de arrepentimiento y perdón de Pecados, ya no se habla de Santidad, ni de negarse a si mismo. Lo que se predica ahora es: "Dios te quiere hacer rico y de que sigas tus sueños." El corazón del Hombre es engañoso más que todas las cosas, por lo tanto si seguimos nuestros sueños podemos ir en contra de la voluntad de Dios. Con esto no te quiero decir que todos nuestros sueños son malos, lo que te quiero explicar es que hay caminos que para el hombre son caminos rectos pero para Dios son caminos de muerte.

Hermano lo que te hablo es muy serio, y Satanás te quiere mantener entretenido para que no te acerques verdaderamente a Dios ni a Cristo. Por tanto debemos de vivir para Cristo presentando nuestros cuerpos, mente y espíritu (todo nuestro ser) como ofrenda agradable. "Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante." Efesios 5:1-2

¿Qué es un Imitador?
tiene su raiz en la palabra griega miméomai = mímica, actuación.
El Diccionario lo explica como: hacer una cosa copiando fielmente otra / accion u cosa que se parece a otra.

Sed imitadores de Cristo significa hacer todo lo que el hacía, sujetándose a la voluntad del Padre, todo esto es un significado tan profundo porque significa renunciar a los deseos propios y a nuestra propia voluntad para poder hacer la voluntad de Dios; "Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados." Efesios 5:1

En el momento que se nos dice en la palabra que hay que ser imitadores de Dios significa también amar como Cristo nos amo y se entrego como sacrificio.
Sacrificio : Gr. thusia = metafóricamente: del cuerpo del creyente, presentado a Dios como sacrificio vivo / de la fe / de ayuda material dada a los siervos de Dios / de la alabanza / de hacer el bien a otros y comunicar con sus necesidades / de sacrificios espirituales en general, ofrecidos por los creyentes como sacerdocio santo.

Cuando nuestro Señor Jesucristo de sacrifico por nosotros, significa: que se despojo de su cuerpo mortal, mente y alma por nosotros. Esto es tan asombroso que a veces no lo entendemos y echamos al suelo ese tremendo sacrifico.
Dios nos ha llamado a vivir en Santidad y sujeción a él ya que cuando él venga, vendrá por una iglesia santa, sin mancha ni arruga.
"Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. No seáis, pues, partícipes con ellos. Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), comprobando lo que es agradable al Señor. Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto. Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo." Efesios 5:3-13

Santidad significa en el Griego jagiasmos: santificación, consagración, purificación, pureza concreta.
la santificación es el estado predeterminado por Dios para los creyentes, al que en gracia él los llama, y en el que comienza y persisten en su curso cristiano. Por ello reciben el nombre de "santos".

Querido hermano vivir en santidad es un estado en el cual tu vives separado para Dios o sea para uso exclusivo de Dios. Si tu tienes amistad con el mundo también tienes enemistad con Dios por lo tanto eres un bastardo ya que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no viven en ti.

También se nos advierte que vendrán engaños, por eso tenemos que estar atentos al consejo de Dios ya que si tu no eres obediente la ira de Dios caerá sobre ti, también nos advierte que no participemos con la gente que no conoce de Dios. Si tu te ríes como el mundo, hablas como el mundo, vistes como el mundo y piensas como el mundo déjame decirte que Cristo no esta en tu corazón, por lo tanto Dios nos revela en su palabra que juicio vendrá sobre aquellos que están en desobediencia.

Desobediencia significa en el Griego "apeitheia": condición de ser impersuasible. Denota obstinación, rechazo obstinado de la voluntad de Dios; de ahí: «desobediencia».

Hermano, cuando se habla de desobediencia es un rechazo a la voluntad y propósito de Dios para tu vida y la mía, por tanto este es un elemento clave ya que si estamos viviendo como imitadores de Cristo tenemos que mostrarlo en una vida Cristiana en plena obediencia, tal y como Cristo la tuvo con el Padre. Jesus dijo: "No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre." Juan 5:30

La verdad, en estos tiempos peligrosos que vivimos a los lideres espirituales actuales les da pavor, miedo o comodidad no hablar de estos temas tan importantes, ya que son un pilar en nuestra relación diaria con el creador, Cristo nos va a juzgar duramente si callamos estas cosas, ya que el quiere que salgamos del engaño, en el cual nos han tenido la mayoría de Iglesias, las cuales se han dejado llevar por doctrinas de demonios y espíritus engañadores.

La Luz de mundo
Hermanos, Cristo es la luz del mundo y cuando la luz se manifiesta disipa todas las tinieblas. A continuación vamos a ver los significados de la palabra Luz.

El Diccionario define la palabra luz como: Energia que hace visible todo lo que nos rodea; claridad que irradian los cuerpos; utensilio o cuerpo que sirve para iluminar.
El diccionario Strong del griego define luz con varias connotaciones:
fotismos = Luz, Iluminación.
fengos = resplandor, fulgor. Se usa de la luz de la luna de una lámpara / Resplandor.
lucnos = lámpara de mano.
fotizo = aclarar, alumbrar.

hermano, Todo lo que es expuesto a la luz es manifiesto por tanto si tu vida esta en pecado, la luz de cristo te expondra y te mostrar cual es tu pecado delante de un Dios santo, a fin de que tu te arrepientas y permitas que esa luz de Cristo resplandezca sobre ti y te haga salvo.

Puestos los ojos en Jesús
Quiero que entendamos que nuestra vida depende total y únicamente de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, el vino a este mundo a darnos vida y vida en abundancia pero a veces ponemos nuestros ojos en otras cosas o personas y nos desviamos o nos olvidamos de nuestro Salvador.

"Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado; y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él;" Hebreos 12:1-5

Cuando la luz de cristo resplandece sobre ti y te arrepientes, pasas a ser hijo de Dios. El trato de el Señor con sus hijos es muy distinto que con un incredulo; si eres hijo, Dios te disciplinará y corregirá tu caracter, a fin de que le obedezcas.

"Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad. Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados." Hebreos 12:6-11

Hijo significa en el griego, "huios"; significa primariamente, la relación de la descendencia con el progenitor. Por tanto Dios es nuestro progenitor, ya que a través de la muerte y resurección de Cristo, nosotros lo recibimos y confesamos como nuestro Señor, Amo, Rey y Salvador. recibimos automáticamente un espíritu de Adopción, en el cual ya no somos bastardos sino que somos hijos; "pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud (del pecado) para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el Espíritu de adopción, por el cual clamamos: '¡Abba(papito, papi), Padre!'" Romanos 8:15

El padre nos disciplina como sus hijos y lo hace con amor pero también con rigor ya que el quiere lo mejor para nosotros y sobre todo quiere que vivamos, caminemos, pensemos, hablemos y amemos como Cristo lo hizo por y para nosotros; "Hijo mío, no desprecies la disciplina del Señor, ni te quejes por sus reprensiones. Porque el Señor disciplina a los que ama, como corrige un padre a su hijo querido." Proverbios 3:11-12 (NVI)

Hermano, no desprecies el consejo, Caminemos siempre en la Luz, que nuestra conducta hable por nosotros, ya basta del pecado desenfrenado, ya basta de mentiras, ya basta de satisfacer los deseos de la carne, ponte a cuentas con Dios y deja que Cristo reine en tu corazón y cambie tu manera de ver la vida.

Para terminar, te recuerdo; que si tu estas separado de Cristo, de cierto iras a parar al infierno; esto no es un juego, el diablo no juega, el trabaja las 24 horas del día, los 7 días de la semana; el no descansa hasta que logre su propósito, así que deja de estar perdiendo el tiempo y mejor inviertelo en dedicar tu vida a tu señor Jesucristo, el cual te compro con su sangre; ya que el te ama y dio su vida en lugar de la tuya.
"Al que no conoció pecado (Jesús), (Dios) por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él." 2da Corintios 5:21

"Aunque Cristo no tenía ningún pecado, Dios lo hizo cargar con los nuestros para que por medio de él fuéramos declarados inocentes ante Dios." 2da Corintios 5:21 (palabra de Dios para Todos)

"Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos* la justicia de Dios." 2da Corintios 5:21 (NVI)


Jesus te Ama, ven a él.
Bendiciones


http://eldesafiocristiano.blogspot.com/

La importancia de lo que decimos

Un grupo de ranas viajaba por el bosque y, de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo.

Cuando vieron cuan hondo era el hoyo, le dijeron a las dos ranas en el fondo que para efectos prácticos, se debían dar por muertas.
Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras ranas seguían insistiendo que sus esfuerzos serían inútiles.

Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió. Ella se desplomó y murió. La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible. Una vez más, la multitud de ranas le gritó que dejara de sufrir y simplemente se dispusiera a morir. Pero la rana saltó cada vez con más fuerza hasta que finalmente salió del hoyo.

Cuando salió, las otras ranas le preguntaron: "¿No escuchaste lo que te decíamos?" La rana les explicó que era sorda y que ella pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más y salir del hoyo.

No debemos olvidar que las palabras que decimos tienen poder de vida y muerte. Una palabra de aliento compartida a alguien que se siente desanimado puede ayudar a
levantarle y finalizar el día. Y una palabra destructiva a alguien que se encuentre
desanimado puede ser lo que acabe por destruirlos. Por eso debemos tener mucho cuidado con lo que decimos.

Hablemos de vida a aquellos que se cruzan en nuestro camino. El poder de las palabras... a veces es difícil comprender que una palabra de ánimo pueda hacer tanto bien. Cualquiera puede hablar palabras que roben a los demás del espíritu que les lleva a seguir en la lucha en medio de tiempos difíciles. Especial es el individuo que toma tiempo para animar a otros. Dispongámonos a ser especiales para los demás.

domingo, 7 de febrero de 2010

Todos Tenemos Problemas con el “Yo”


Por David Jeremiah

El equipo de baloncesto “Lakers de Los Angeles” empezaron la temporada de 1981 esperando ganar los campeonatos de la NBA una y otra vez, pero al comenzar la temporada, Magic Johnson se rompió el cartílago de una de sus rodillas. Los demás jugadores entrenaron duro, jugaron fervientemente y lograron ganar el setenta por ciento de sus juegos.

Cuando se acercaba el tiempo de que Magic regresara a la cancha, incrementaba la publicidad que le hacían. Durante los “tiempos fuera” en los juegos, el comentarista decía: “ Marquen sus calendarios para el 27 de febrero. Regresa Magic Johnson a la alineación de sus campeones mundiales Los Lakers de Los Angeles!” Mientras más se acercaba el día, menos se escribía de todos los jugadores que estaban poniendo tanto empeño, y toda la atención estaba dirigida al jugador que no había hecho nada. Cuando los aficionados entraban al estadio el 27 de febrero, se les recibía con prendedores que decían “Magic ha vuelto!”

Usualmente, solo los novatos eran anunciados, y Magic no era novato. A pesar de eso lo presentaron y todo el auditorio se puso de pie para recibirlo. Las luces del estadio se prendían una tras otra. Mientras tanto, el entrenador Pat Riley escribe en su libro “El ganador interno”, que los jugadores que habían sacado adelante al equipo durante tres meses fueron ignorados totalmente. Estaban tan resentidos que apenas ganaron el juego esa noche, contra un equipo de segunda categoría. Los Lakers terminaron su temporada con uno de sus más desastrosos registros.

“Debido a la ambición, la terquedad y el resentimiento”, recuerda Riley, “hemos tenido una de nuestras más rápidas caídas en la historia de la Liga Nacional de Baloncesto (NBA). Era la enfermedad del Yo”.

Todos padecemos de ella. Tendemos siempre a pensar en nosotros mismos, y somos celosos de guardar nuestra posición. Nuestras conversaciones están centradas en nosotros mismos. Nuestro dinero lo gastamos en nosotros. Nuestra palabra favorita es Yo. Todos tenemos problemas del “Yo”.

El autor C.S. Lewis lo puso de esta manera: “El orgullo es en esencia competitivo; el competir es su misma naturaleza, mientras otros males son competitivos por accidente, por decirlo así. El orgullo no tiene placer en obtener algo, solamente en obtenerlo más que el otro.”

Oh, como dijo el viejo predicador “Tio Bud” Robinson, “El orgullo es la única enfermedad conocida por el hombre que afecta a todos menos al que la tiene.”

El remedio

Solamente hay un remedio para este mal; el poner nuestros ojos en Jesús, estudiar su vida, seguir su ejemplo y dejar que su Espíritu reproduzca Su vida en nuestros corazones. Una de las razones por las que no queremos ser humildes es porque creemos que las personas humildes no son importantes ni sobresalientes, son auto-despreciativos, e incluso que son como unos ratonsitos inseguros.

Ninguna de esas palabras describe a Aquél que ha practicado esa gracia perfectamente. Alguien podría pensar en Jesús de Nazaret como no importante ni sobresaliente, auto despreciativo o como un ratonsito inseguro? Todo lo contrario. El fue acertado cuando la ocasión lo demandaba, valiente frente al peligro, decisivo al confrontar el mal y seguro en Su llamado y habilidades. Aun así se describió como “manso y humilde de corazón” (Mateo 11:29). El fue un retrato de humildad, y si estudiamos el retrato, podemos ser más como El.

Podemos ver la humildad de Cristo en Su deseo de poner nuestras necesidades antes de sus intereses. En Filipenses 2, Pablo escribió, “ No busques tu propio provecho, sino el de los demás. Haya en ustedes el mismo sentir que hubo en Cristo Jesús.”

Su humildad puede ser vista en la sencillez de su nacimiento, mientras su madre lo envolvía en pañales, y lo acostaba en le pesebre porque no había lugar para ellos en el mesón.” (Lucas 2:7)

También podemos ver su humildad en su sujeción a sus padres (Lucas 2:51) y después en el estilo de vida tan sencillo que escogió para sí mismo. “Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo, nidos; pero el Hijo del Hombre no tiene donde recostar su cabeza.” (Mateo 8:20)

Su humildad puede ser vista en su deseo de convivir con rechazados y los aborrecidos (Lucas 15:1-2), y a su manera rechazando honores (“Gloria de los hombres no recibo.” Juan 5:41). Como Dios, recibía adoración, pero como hombre no le impresionaban los elogios. Su misma entrada a Jerusalén fue un símbolo de humildad (Zacarías 9:9), cuando estaba lavando los pies de sus discípulos (John 13:1-12). En la cruz se sometió al sufrimiento, se expuso al rechazo y llevó el castigo del pecado.

Considera estas palabras:

•Estamos orgullosos de nuestra fama, pero se dijo de Jesús, “Podrá algo bueno salir de Nazaret?” •Tenemos orgullo en nuestra apariencia, pero fue dicho de Jesús, “No había parecer en el, ni hermosura.” •Nos enorgullecemos de nuestras amistades, pero fue dicho de Jesús, “El era amigo de publícanos y pecadores.” •Nos enorgullecemos de nuestra posición, pero Jesús dijo, “Soy entre ustedes como uno que sirve.” •Nos enorgullecemos de nuestro éxito, pero fue dicho de Jesús, “Fue odiado y rechazado.” •Tenemos orgullo en nuestras habilidades, pero Jesús dijo, “Por mí mismo no puedo hacer nada.” •Nos enorgullecemos de nuestra voluntad, pero Jesús dijo, “… pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.”

Que puedo hacer?

¿Cómo pues, podemos seguir los pasos del Maestro? Primero, lee frecuentemente los evangelios. Haz el estudio de Cristo una tarea de por vida. Conforme vas leyendo, ora respecto a lo que has leído. El familiarizarte con las palabras y acciones de Cristo te ayudará a tomar dediciones como Jesús cuando te enfrentes a situaciones difíciles.

Es muy importante que seas fiel a tu congregación local, especialmente cuando se celebra la Cena del Señor. Debemos recordar constantemente el amor de Dios por nosotros demostrado en el Calvario. Recuerda el viejo himno escrito por Isaac Watts que dice:

Cuando examino la gloriosa cruz. En la que el Príncipe de Gloria murió, Mi más grande logro es pérdida, Y todo mi orgullo se viene abajo.

Tercero, toma la decisión de ser humilde. Mientras la humildad es algo que se desarrolla en nuestro interior, también es una decisión que tomamos todos los días. La Biblia nos lanza la pelota cuando nos dice:

Humíllense, pues (I Pedro 5:6) Vístanse… de humildad (Colosenses 3:12)

Revístanse de humildad (1 Pedro 5:5)

Anden… con toda humildad y mansedumbre (Efesios 4:1-2)

Se sensible a los momentos cuando te encuentras siendo demasiado confiado en ti mismo. Está atento a los tiempos de enojo, celebración, logro o competencia. Cuando sientas que has sido muy orgulloso o egoísta, confiésalo a Dios y pídele que te ayude a poner a otros primero.

Finalmente, fíjate en las necesidades en las vidas de los demás. Discretamente ayuda a sus necesidades, y cuando sea posible, que sea en secreto. Sirve a otros en vez de ser servido. La enfermedad del Yo puede ser sanada, y no tiene que ser fatal cuando nos ponemos en las manos del Gran Médico que dijo, “Aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón”.

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